INTRODUCCIÓN
El ser humano empieza a desarrollar sus
capacidades creativas a partir del momento en que es concebido por la creación,
debido al potencial de estas capacidades, ha sido posible todo el proceso de
civilización del cual somos favorecidos. La creatividad como elemento innato en
el ser humano, ha hecho que a pesar de su inferioridad en volumen y fuerza,
logre dominar el medio ambiente en las diversas etapas de la historia. Ante tan
evidente muestra de superioridad respecto a los demás seres vivos, es
importante recordar el enorme potencial con el que todos nosotros contamos,
independiente de nuestras posibilidades congénitas y la sociedad en que nos desarrollamos.
La actual, es una época de profundos y grandes cambios en todos los niveles de
la educación y la cultura, en los valores y las ideas. Los seres humanos en
todos los ámbitos, precisan estimular fuertemente su creatividad para
visualizar, inventar y generar cambios de paradigmas. Sólo de esta manera en la
posibilidad de entender su propio contexto y así adelantarse al futuro. Desarrollar la creatividad personal es un cometido
que dura toda la vida y que se puede alimentar a cualquier edad. De ahí
la importancia de las Maestras y Maestros, en estimular y programar actividades
creativas que despierte la creatividad de los alumnos durante su proceso de
enseñanza aprendizaje.
DESARROLLO
La
creatividad es una fumción psicológica
que resulta del ínter juego de
procesos cognitivos básicos y superiores y procesos complejos, que permite
generar productos nuevos
originales (Aníbal Meza, 1998, PG.). Es la
capacidad para generar ideas u objetos valiosos y originales valorados
socialmente, que van desde la filosofía hasta
la pintura,
de la música hasta
las ratoneras.
Algunos
investigadores creen que la capacidad creativa es solamente un aspecto de la inteligencia, aunque
algunos psicólogos consideran que la creatividad es un aspecto de la
inteligencia, muchos test de
CI no incluyen medidas de creatividad y muchos investigadores del área argumental
que inteligencia y creatividad no son la misma cosa.
¿Las
personas muy creativas son más inteligentes que las personas menos creativas?
Los
primeros estudios encontraron poca o ninguna relación entre creatividad e
inteligencia. No obstante, los críticos señalan que en estos primeros estudios
se examinó a los estudiantes brillantes.
Otros
estudios corroboran estos hallazgos. No obstante, todos estos estudios se
basaron en gran medida en los test de creatividad. Por lo tanto, cualquier
conclusión derivada de los mismos debe suponer que las calificaciones en los
test reflejan la creatividad en la vida real, un supuesto cuestionado por
muchas personas.
No
obstante, otros estudios de otras personas que han demostrado una creatividad
excepcional en su vida, también parecen apoyar la creatividad y la
inteligencia.
Estos
estudios demuestran que las personas creativas tienden hacer muy inteligentes,
es decir los artistas, los escritores, los científicos y matemáticos muy
creativos suelen, como grupo,
calificar alto en los test de inteligencia. Pero para los individuos de este
grupo en especial, existe muy poca relación.
Una
manera útil de pensar sobre las personas creativas es señalar que generalmente
son tan buenos descubridores de problemas como solucionadores de los mismos.
Entre más creativas son las personas, menos querrán trabajar en problemas que
les presentan otras personas, y más querrán trabajar en los problemas que ellos
mismos se propongan.
CREATIVIDAD E INTELIGENCIA
Todos
conocemos personas brillantes que van bien en los estudios o en el, pero que muestran poca capacidad para hacer mejorar su calidad de vida (Goertzel y Goertzel, 1962,
pág. 280), estas personas son
inteligentes, pero no creativas. También conocemos personas que realizan mal
los test y van muy apretadas en sus estudios, pero a quienes constantemente se
les ocurre ideas originales. Estas personas tienen una elevada puntuación en
creatividad, a pesar que la inteligencia presente una baja puntuación. A menudo
estos dos rasgos no van juntos. Cuando se ha investigado este tema en
escolares, han aparecido bajas correlaciones entre la creatividad y la inteligencia.
Descubrimos
algo parecido cuando examinamos a adultos. La gente creativa suele ser
relativamente inteligente, pero a partir de cierto nivel un CI más elevado no
pronostica mayor creatividad. Cuando se dividió a una serie de arquitectos,
matemáticos e investigadores científicos (con una inteligencia superior a la
media, un CI entre 120 y 140) en dos grupos,
el primero de los cuales estaba formado por personas que habían contribuido al
progreso de su especialidad, mientras que los del otro grupo no lo habían
hecho, no se encontraron diferencias en el CI de los dos grupos. Tampoco existe
ninguna relación entre las calificaciones escolares y la posterior creatividad.
CONCLUSIÓN
Si queremos referirnos a la escuela debemos decir
sin lugar a dudas que a cada instante todos los días nuestros niños se sirven
de su voz y de su cuerpo para múltiples manifestaciones siendo la mayor parte
de ellas de índole creativa. Con elementos o sin ellos el niño crea a cada
instante y cuando ello ocurre el niño se realiza, vive intensamente, puesto que
el dinamismo y los reflejos acompañan al acto creativo y esto es parte esencial
en la vida del niño. Porque todo niño para crear no necesita que alguien le dé
una receta, pues esta facultad es inherente al hombre, manos traviesas, singulares
gritos, emoción, alegría caracterizan la libre expresión del niño y para
realizar esto no necesita del adulto. Sabemos que al toque del timbre o la
sirena del colegio es la que señala la hora del recreo, el niño inmediatamente
elige los juegos que conoce, en este sentido, el maestro puede plantear a sus
alumnos otros juegos en el que implique la participación activa del niño,
él va sentir que algo nuevo se presenta, se entusiasma, se emociona, etc. Así
como el pintor debe conocer el lienzo, los pinceles, las pinturas para hacer un
buen cuadro. Así como el carpintero requiere conocer la madera y su tratamiento
para hacer Buenos muebles, así también el maestro tiene que conocer al niño, su
mundo, sus juegos, su imaginación, el mágico mundo donde él se siente
omnipotente y creador para poder guiarlo y educarlo, haciendo de él un ser que
piensa y siente, que accione y se resista al ocio y que al final de cuentas
podrá convertirse en un ser fácil de explotar, consumidor de ideas alienantes y
sin sentido.
BIBLIOGRAFÍA
ü Velasco,
M. (1981). El niño y su mundo.
Creatividad y Educación. Tarija, Bolivia: Yaro Producciones.
ü Ramos, L. (1996). Cultura Pedagógica.
Creatividad. Lima, Perú: Brandin.
ü Pelao Producciones.com